Colectivo Axolote (Estudiantes y Trabajadores de la UAM-I)
I
Con todo en contra
La patronal nos venció desde dentro del sindicato, lo que quiere decir que usó bien a sus aliados: al comité ejecutivo, a las corrientes sindicales, a la red académica, (con su intento de sindicato blanco), a los esquiroles, etc. Ante el fracaso de la universidad y el gobierno para vencernos, pasaron a apoderarse de la huelga desde dentro del Situam. También se utilizó bien al estado con todas sus diferentes instancias (STPS, SHCP, SEP) y a los medios masivos de comunicación (Reforma, Jornada, Milenio, Universal, Televisa, T.V. Azteca, Radio, etc.)
Por la otra parte, los que no nos rendimos, no supimos juntar nuestras fuerzas. No dimos una respuesta más organizada, unida y decidida. No distinguimos a nuestros aliados de nuestros enemigos, no los convocamos, hicimos eco a las voces que decían que gente ajena al sindicato se entrometía en nuestras decisiones, olvidamos que el conflicto era con la universidad y las políticas del estado. Perdimos de vista que la huelga es un conflicto entre dos fuerzas que luchan con todo para poder imponer su voluntad; por eso esas fuerzas se tienen que apoyar con todo lo que dispongan para alzarse con la victoria. Así lo hace siempre la patronal, que junta a sus aliados para empujar en una sola dirección.
Nosotros, la base, durante la huelga y hasta la actualidad luchamos con todo en contra. Incluso, no contamos con gente de confianza en los espacios clave de nuestra organización sindical como son el Comité Ejecutivo, las diferentes Comisiones o los Grupos Internos Coordinadores (GIC′s). Además, pocos espacios alternativos son los que se formaron durante la misma huelga, aunque vimos que era posible crear otros espacios de discusión ajenos a la estructura del sindicato que si eran democráticos, participativos e incluyentes. Por ejemplo, en Iztapalapa se recuperó la cocina como punto de encuentro y discusión, y se hicieron reuniones en las guardias o sin esperar indicaciones venidas “desde arriba”.
II
¿Por qué nos fuimos a huelga?
Los trabajadores deciden irse a la huelga para resolver sus demandas y poner un alto a tantas violaciones a nuestro contrato colectivo. Pero inmediatamente se sienten abandonados y traicionados por toda la dirigencia sindical. Sobre todo por la información que nos dan el día último día de plazo para el estalla miento: la información fue distorsionada y cada comisión nos informó algo distinto. Además, la información se centralizó en 2 o 3 miembros del Comité Ejecutivo, al grado que ni la comisión negociadora tuvo la información y no supieron responder a las dudas de la base sindical. Por ejemplo; en el asunto del Cendi 3, nos informan que ya lo ofrecían abrir sin ninguna condición, pero no saben responder cuando se les pregunta ¿para qué esa comisión que proponen?, ¿qué va a analizar?, ¿cuántas plazas dan para que se abran?, ¿por qué no esta plasmado el acuerdo 08/09? Cada uno de los representantes contestaba lo que quería y esto nos confundía más. El colmo es que nos pedían que no estalláramos la huelga. Todo esto nos hizo pensar que se habían vendido o comprometido con la patronal: por eso la gente sintió coraje, se enojó, y el resultado de esto fue la votación a favor de la huelga.
En la Prehuelga, el Comité Ejecutivo únicamente realizó dos plenarias de negociación, sin lograr ningún avance por la incapacidad de Hermelinda Hurtado. Y ya en la huelga, el asunto se complica. En la primera plenaria de negociación del 7 de febrero, Melgoza no sabía con quien negociar, ¿con que fracción del Comité Ejecutivo?, ¿con qué corriente sindical? Hermelinda nunca mostró una conducción real del sindicato y nunca se comprometió con la base.
A pesar de todo los trabajadores de base luchamos por la defensa de nuestro Contrato Colectivo, para reparar las violaciones y forzar a que se respete lo pactado bilateralmente, con todo lo que esto quiere decir: lograr las 300 plazas que nos deben; abrir el Cendi 3 respetando el acuerdo 08/90; el respeto a las áreas de trabajo de los trabajadores de intendencia de la unidad Azcapotzalco y la negativa a los intentos de la patronal de moverlos unilateralmente; la basificación de los profesores temporales, que llevan hasta 15 años en la incertidumbre laboral; la capacitación a la que tenemos derecho para que se cumplan nuestras expectativas de ascenso; el respeto a la bilateralidad en la unidad Cuajimalpa, pues no nos tomaron en cuenta al abrirla y solo nos ofrecieron 37 plazas cuando se habla de aproximadamente 200 personas laborando contratadas mediante compañías externas . Estas demandas reflejan cómo están nuestros derechos laborales en la UAM.
Pero también se luchó por más salarios y más prestaciones. En nuestro congreso acordamos pedir un 35 por ciento de aumento salarial para enfrentar los efectos de la carestía. Esto también se buscaba mediante las peticiones incluidas en el rubro de prestaciones. Luchamos también para que la reforma laboral de corte neoliberal no fuera impuesta en la UAM.
Las demandas del sindicato siempre fueron atendibles. Incluso se mostró disposición para negociarlas, pues de los 40 puntos iniciales los bajamos a 11. ¡Incluso de esa disposición se valieron los traidores para recortar el pliego hasta dejarlo en tres peticiones! ¡Nuestra supuesta comisión negociadora rebajaba los puntos de las demandas cada vez que podía! Por eso decimos que, en el curso de la huelga se rompió el mito de que se quería todo o nada o de que era un pequeño grupo el que buscaba alargar el conflicto. Se demostró que si la universidad hubiera tenido voluntad se habría resuelto el conflicto.
También se demostró el mal uso que hacen las autoridades del presupuesto. A partir de que se da a conocer el manejo del presupuesto y el monto enorme de los recursos que manejan sin dar cuentas a nadie, la patronal ya no quiere debatir ni negociar públicamente. Es cuando deciden retirarse de la mesa para negociar a puerta cerrada la muerte de la huelga, en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, únicamente con Hermelinda y dos o tres miembros del Comité Ejecutivo.
La gente mostró su decisión de luchar hasta el final. Por ejemplo, en la marcha al zócalo el día 28 de marzo cuando, a pesar de los 56 días que llevaba la huelga, algunos trabajadores que participaban poco se presentaron acompañados de sus familiares. Esto fue una señal para la universidad y sus aliados de que aún la moral de lucha de la base daba para continuar la pelea. Por eso no es raro el proceder de los charros: comienzan en esos días a plantearse con más cinismo el levantamiento y la traición, cuando los trabajadores estábamos todavía con ánimos de seguir dando la lucha.
Estábamos seguros que únicamente con la continuación de la huelga lograríamos solución a nuestras demandas, pero la Comisión Negociadora, el Comité Ejecutivo y las distintas corrientes sindicales no se cansaban de decir que “ya se había logrado mucho”, que era “lo mejor que nos han ofrecido en toda nuestra historia” y que “lo demás lo podemos ver en otro momento, una vez levantada la huelga”. Pero sobre todo aseguraban: “la patronal ya no nos dará más”, con una seguridad bastante sospechosa.
III
El reacomodo y la traición
Desde que estalló la huelga inició toda una lucha de intereses y de acomodos para sabotear el movimiento que la base había decidido. El Comité Ejecutivo, la Comisión Negociadora, la mayoría de las corrientes sindicales y los Grupos Internos Coordinadores no estuvieron de acuerdo con la huelga, nunca la apoyaron. Por eso es que en los 64 días de huelga vimos que le hicieron el trabajo sucio a la patronal, saboteando el movimiento. Sobre todo la Secretaria General con sus declaraciones a los medios de “comunicación” y sus chantajes (como el vergonzoso berrinche de su renuncia). Pero también otros que se dedicaron a organizar a los delegados “cachirules”, garantizándoles sus votos, sobre todo en la unidad Xochimilco donde pasaron de 54 a 72 votos de la noche a la mañana. Unos más se la pasaron votando contra la decisión de las mayorías, sin respetar los acuerdos de sus Asambleas Seccionales. Finalmente están los más charros, que fueron a levantar la huelga llevando a su gente en estado “inconveniente”, o sea borrachos, organizando una sesión del Comité de Huelga sin el quórum suficiente y donde se terminó votando en un rincón del local sindical y fuera del tiempo acordado para ese día.
De manera que la huelga nos corrobora que hay dos grandes posiciones dentro del Situam. Por un lado están los que no les interesa luchar, no les interesa defender los derechos de los trabajadores. Son aquellos cuyos argumentos siempre fueron el miedo y la desmoralización. Esta gente está agrupada en el Comité Ejecutivo, la Comisión Negociadora, los GIC′s. Son miembros de la mayoría de las corrientes tradicionales de nuestra organización sindical.
Por otro lado están los trabajadores de base que decidieron irse a la huelga para poner un alto a los abusos de la patronal y en el camino se enfrentaron al reto de desafiar la estrategia que tenía la dirigencia sindical para traicionar y derrotar al movimiento de base. Esta estrategia incluía que a partir del tope de los 45 días empezara el acarreo de los “cachirules” para mayoritear en el Comité de Huelga. Con esta situación más la huelga de hambre, la gente se desconcertó, no atinó a comprender la situación, se ahondó la división y se sembraron las condiciones para levantar la huelga. Por supuesto que tuvieron que esperar porque cuando la huelga estaba fresca, las corrientes no se iban a quemar. Sólo presionados por la patronal se desenmascararon y actuaron con cinismo, impulsando el levantamiento, apoyados por maestros supuestamente comprometidos con el sindicato
IV
¿Representación o traición?
Hay quienes desde antes de la huelga quisieron desplazar a Hermelinda Hurtado del puesto de Secretaria General, por la ineptitud mostrada en la revisión del contrato: las propuestas siempre fueron a la baja, quitó cosas de importancia y puso cosas insignificantes. En fin, cometió muchos errores y ayudó a la patronal cuando no tenía elementos para debatir en la mesa de negociación, ya sea cambiando de tema o negando la palabra a los compañeros que conocían o tenían un conocimiento suficiente para debatir con la patronal. Además, Hermelinda Hurtado se dedicó a lanzar ataques en todos los medios de comunicación (hasta en nuestro órgano informativo) contra los que nos oponíamos a levantar la huelga si no obteníamos respuestas satisfactorias. Otra estrategia de la Secretaria General fue meter a discusión problemas que no era momento de verlos, para desviar la atención de sus errores y de sus malas intenciones.
Otra mala actuación la tuvo CAVEF, dando o avalando votos “cachirules” para quienes solo les interesaba levantar la huelga, sin importar el daño a las condiciones de trabajo y de vida de los agremiados del Situam. Esta comisión no cumplió sus funciones estatutarias, encaminadas a mantener el honor y la justicia en la vida interna del sindicato. Otras instancias de dirección y de representación se dedicaron a boicotear las movilizaciones que se proponían en las asambleas de las unidades: no estaban de acuerdo en presionar a las autoridades. Finalmente, llegamos al exceso de permitir que se metieran otros actores patronales como la Secretaría de Trabajo, la Junta de Conciliación, los medios de comunicación, la Red de Académicos.
Por eso el desenlace de la huelga fue de alta traición. Ya se veía venir un escenario como el del día 04 de abril cuando, sin un análisis serio o riguroso en el Comité de Huelga y sin saber qué se estaba firmando de las demandas, de manera apresurada, se levantó la huelga con un mínimo de delegados, en una sesión llena de irregularidades, donde un puñado de delegados terminaron votando en un rincón, a escondidas y a espaldas de los trabajadores. Por eso la gente de base salió inconforme, denunciando todas las cochinadas de los “representantes sindicales”.
El levantamiento fue miserable. Hubo una actitud porril y penosa de la mayoría de las corrientes (Espacio, Venaderos, Tribuna) que lograron lo que quisieron a costa de los trabajadores, y una actuación vergonzosa y sucia de los operadores del levantamiento como Telésforo Nava.
Esto lo hicieron ahora, pero hay que seguir luchando para que se repita. Por eso hay muchas cosas que tenemos que sacar a la luz: negociaciones en lo oscurito, cheques a las corrientes para que levantaran la huelga, etc. Tal vez no sea fácil probarlo, pero nos debemos apoyar en la memoria de los trabajadores de base.
V
La voluntad de seguir luchando
Las demandas que nos llevaron a la huelga son sentidas por la mayoría de los afiliados, de ahí su fuerza y lo prolongado del conflicto. Reconocemos que no todos participaron, que no todos le ponen el mismo empeño, pero así ha sucedido siempre como resultado de que el enemigo busca siempre el desgaste, la desunión o el corromper al que se deja, y sobre todo porque sabe de las necesidades y limitaciones económicas que tenemos como asalariados.
Pero aún así, con todo en contra, la gente de base dio la lucha más digna y más dura en toda la historia del Situam. Lo distinto de esta huelga es que muchos compañeros que nunca habían participado, ahora le entraron desde el principio y aguantaron hasta el final. Esa es la gente que vivió la huelga en marchas, negociaciones, guardias, asambleas, y que aún quieren seguir participando para contribuir con su granito de arena a cambiar las cosas. Ahora tienen, además, una muy buena y fuerte experiencia: ya lo vivieron en carne propia, ya nadie les puede contar la historia a su manera.
VI
Cuentas pendientes
Con base en el Artículo 88 del Capítulo 5 de nuestros Estatutos, que a la letra dice:
“Son causas que ameritan destitución del cargo sindical:
a) Incumplimiento injustificado y sistemático de las obligaciones asignadas al cargo en los estatutos o por los acuerdos sindicales.
b) Abuso de autoridad o usurpación de funciones.
c) Desobediencia a los acuerdos de CG, CGD, CSD, AS, según corresponda.
d) Negligencia, parcial o mala fe en la tramitación de los asuntos asignados al cargo
e) Aceptación o petición de gratificaciones por realizar funciones propias del cargo
f) Utilización en beneficio propio o de terceros, de las funciones propias del cargo
g) Ejercicio de funciones en estado de ebriedad o bajo el influjo de enervantes o drogas no recetadas
Las personas sancionadas en los términos de este artículo, no podrán ser electas para ningún cargo sindical durante los dos años siguientes a la fecha que la sanción entra en vigencia.
Y con base en el Artículo 25 del citado Estatuto, que señala:
“El Congreso General tendrá facultades para deliberar y resolver sobre:
a) La renuncia o revocación de los miembros de la parte sindical, de las comisiones mixtas, de la CAVEF, de la CAH, así como de comisiones de otra índole.
Proponemos la destitución de los siguientes representantes sindicales, por las causas que a continuación se enumeran.
1. Destitución de Hermelinda Hurtado del cargo de Secretaria General por los siguientes motivos concretos:
– Sacar un desplegado en el periódico La Jornada con el dinero del Situam para dar a conocer su opinión personal y de otros escasos miembros del Comité Ejecutivo, y por desobedecer los acuerdos del Comité de Huelga el día 17 de Marzo sobre el tema, que la obligan a pagar de su propia bolsa éste desplegado.
– Violación reiterada de los acuerdos del Comité de Huelga y desacato a las decisiones y recomendaciones de esta instancia colectiva.
– Dar conferencias de prensa con opinión personal y no con base en los acuerdos del Comité de Huelga
– Apoyar el levantamiento de la huelga con la propuesta de la universidad y no con la propuesta de la base.
– Ausentarse constantemente del Comité de Huelga, mostrando desprecio a las instancias que nos hemos dado como agremiados del Situam.
– Abandonar sus funciones como Secretaria General al no asistir a varias de las movilizaciones, donde tuvimos que dar la lucha sin dirección sindical, como en la marcha al Zócalo del día 28 de Marzo.
– Asistir a encuentros con Melgoza, sin previo aviso al Comité de Huelga, como cuando fue al periódico Reforma
– Negociar con la universidad a espaldas del sindicato, sobre todo asistiendo a las pláticas “a puerta cerrada” realizadas en el edificio de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
– Difamación pública y dolosa ante medios de varios compañeros agremiados, destacadamente del profesor José María Martinelli, por los hechos derivados de la sesión del Comité de huelga del día 31 de marzo.
– Falta de gestión en general. Indiferencia ante los resultados de la negociación, Falta de estrategia y de visión.
– Estar en contra de sus representados todo el tiempo, dedicando más tiempo a los ataques contra los huelguistas y contra sus enemigos políticos, que a desempeñar adecuadamente las responsabilidades y funciones de su cargo.
– Negar a los afiliados del sindicato la incorporación del acuerdo 08-90 en las negociaciones, bajo el argumento de que no era parte de los acuerdos del congreso, ni de la demanda interna.
– Negociar la restitución de dos exmiembros del sindicato ―Ernesto Montes y Benito― que habían sido rescindidos laboralmente.
– Manejo discrecional y con fines políticos de la Bolsa de Trabajo.
–
2. Destitución de CAVEF por las siguientes causas:
– Abandonar sus funciones al no vigilar ni evaluar el cumplimiento de las tareas sindicales.
– No vigilar, ni exigir el cumplimiento de acuerdos de los CG, CGD y otros órganos sindicales, permitiendo que la Secretaria General se fuera por la libre.
– No cumplir adecuadamente sus funciones generales
3. Destitución de los GIC´S por las siguientes razones:
– No instrumentar, ni implementar los acuerdos del Comité de Huelga.
– Solapar y apoyar las actitudes anti-sindicales del Comité Ejecutivo.
– Dedicarse a poner trabas para minar la resistencia de los huelguistas, en lugar de proporcionar todos los recursos necesarios para resistir el ataque de la patronal.
VII
Tareas pendientes
En el futuro inmediato, tenemos las siguientes tareas:
– Auditoría amplia del periodo de huelga
– No permitir reforma de estatutos que emane del Comité Ejecutivo y solo beneficie a unos cuantos
– Realizar una consulta amplia para saber si es necesario reformar los estatutos.
– Organización amplia de los trabajadores de base antes del Congreso, multiplicación de los espacios de discusión para no llegar a resolver nuestras deficiencias ahí y para derrotar a los que ayudaron a la patronal durante la huelga.